Las Rollei de Franke & Heidecke Fabrik Photographischer Prazisionsapparate, eran un portento con sus lentes gemelos de 75mm de longitud focal: el inferior tomaba las fotos y el superior permitía ver la imagen para enfocar y componer.

Pero los alemanes también produjeron la primera cámara reflex de un solo lente del mundo de 35mm, en Dresden. La EXAKTA de Ihagee. 

Desde luego, mi padre tuvo una de las primeras (Exa Ia) y me permitía usarla. Los nombres de los lentes Carl Zeiss Jena torneados y pulidos a mano son imborrables: Tessar, Biogon, Biotar, Plannar, Flektogon, Pancolar y sus imágenes asombrosas.

Exa Ia
En cuanto apareció el primer pentaprisma se lo instalamos de inmediato. Era el éxtasis.

El uso del contraste de texturas, (la tersura de una piel contra la rugosidad de la corteza de un árbol, por ejemplo) y la composición se me daban naturalmente.

Sin saberlo lo había aprendido en casa desde niño, desde cómo acomodaba mi madre muebles, cuadros y espejos; sus porcelanas y cristal cortado en sus vitrinas del comedor, hasta el ojear incansablemente de las páginas de los anuarios alemanes de fotografía, las de la revista Life y otras muchas revistas y libros especializados que mi padre me regalaba contínuamente.

El autor con su madre en 1963

Viajábamos mucho y cada visita a una ciudad implicaba una visita forzosa a sus mejores cafés, edificios públicos coloniales, conventos, museos y una clase de apreciación estética, siempre conversación amena cargada de anécdotas de sus fundadores, arquitectos, pintores, escultores, gobernantes y militares.
Varios años, miles de pies de película y miles de kilómetros después, apareció en casa la Exakta.
 
Era uno de los primeros modelos: Exakta Varex IIa.

La velocidad del obturador había aumentado de 1/250 de seg a 1/1000, las posibilidades de fotos de acción eran ahora infinitas.

Exakta Varex IIa
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